José Watanabe (1945 – 2007)
Y coincidimos en el terral
el heladero con su carretilla averiada
y yo
que corría tras los pájaros huidos del fuego
de la zafra.
También coincidió el sol.
En esa situación cómo negarse a un favor llano:
el heladero me pidió cuidar su efímero hielo.
Oh cuidar lo fugaz bajo el sol…
El hielo empezó a derretirse
bajo mi sombra, tan desesperada
como inútil.
Diluyéndose
dibujaba seres esbeltos y primordiales
que sólo un instante tenían firmeza
de cristal de cuarzo
y enseguida eran formas puras
como de montaña o planeta
que se devasta.
No se puede amar lo que tan rápido fuga.
Ama rápido, me dijo el sol.
Y así aprendí, en su ardiente y perverso reino,
a cumplir con la vida:
yo soy el guardián del hielo.
****
Desde la cornisa de la montaña
dejo caer suavemente una piedra hacia el precipicio,
una acción ociosa
de cualquiera que se detiene a descansar en este lugar.
Mientras la piedra cae libre y limpia en el aire
siento confusamente que la piedra no cae
sino que baja convocada por la tierra, llamada
por un poder invisible e inevitable.
Mi boca quiere nombrar ese poder, hace aspavientos, balbucea
y no pronuncia nada.
La revelación, el principio,
fue como un pez huidizo que afloró y volvió a sus abismos
y todavía es innombrable.
Yo me contento con haberlo entrevisto.
No tuve el lenguaje y esa falta no me desconsuela.
Algún día otro hombre, subido en esta montaña
o en otra,
dirá más, y con precisión.
Ese hombre, sin saberlo, estará cumpliendo conmigo.
José Watanabe (Trujillo, Perú, 17 de marzo 1945 – Lima, Perú, 25 de abril 2007). Guionista y poeta de la generación de poetas peruanos de los ’70. Llamado el poeta sabio, se le considera influido por Mallarmé y Verlaine, contaba que de su padre aprendió el arte del haiku, de fuerte influencia en su obra. Premio José Lezama Lima en 2002, publicó entre otros títulos, Álbum de familia (1971), Cosas del cuerpo (1999), Antígona (versión libre de la tragedia de Sófocles) y Lo que queda, una antología poética editada en 2005 por Monte Ávila, Caracas.
Seleccionados por Luis E. Galdona. Enviados por Álida Ribbi.